miércoles, 24 de julio de 2013

LA OLIGARQUÍA DEL CONOCIMIENTO

La búsqueda del conocimiento ha sido considerada desde la antigüedad como una de las actividades humanas más elevadas en las se ve inmersa una persona; sin embargo de esto, que un ser humano quiera acercarse al conocimiento, ha generado siempre, el nerviosismo de quienes han sustentado sus acciones en la ignorancia de la gente. La religión, el poder económico, las ideologías, entre otras formas de sustentación de poderes personales o corporativos, han librado luchas feroces para atrofiar el impulso natural del ser humano de buscar explicaciones a su realidad, y en algunos de los casos esas luchas fueron sangrientas.

Sócrates, Galileo y Troski, son nombres de pensadores famosos y de varias épocas, que en “Mi Tonto Parecer” ejemplarizan las vicisitudes que tienen que sufrir aquellos que direccionan su vida a la racionalidad, y aunque las nubes negras del oscurantismo se dispersaron mucho tiempo atrás, aun la búsqueda del conocimiento se ve amenazada, ya no solo por los antiguos enemigos, si no por desviaciones que se han generado de la mala actitud tomado por los mismo libres pensadores que tal vez no han sabido dejar a un lado rencores y han adquirido las taras de quienes criticaban.

Si, aunque parezca contradictorio, los actuales problemas que enfrentan las personas que buscan el conocimiento son generados por otras personas que se encuentran en esa misma búsqueda y esto hace que se cree una distorsión en la percepción de la gente sobre el noble proceso de la búsqueda del conocimiento.

Se ha creado una “oligarquía del conocimiento”; como todos saben el termino oligarquía, describe el gobierno supremo ejercido por unas pocas personas; por lo que podríamos definir la “oligarquía del conocimiento” como el gobierno ejercido por una pocas personas pero que han logrado adquirir determinado conocimiento y en base a ese conocimiento ejercen una autoridad despótica y exclusiva.

Haciendo una rápido análisis, debemos decir, y con mucha pena, que este fenómeno de la “oligarquía del conocimiento” se expresa de una manera más clara en Sudamérica, en donde han alcanzado el poder gobiernos autodenominados “progresistas” y que están regentados por personas que siempre han sido reconocidos por su búsqueda del conocimiento pero que se han visto obnubilados por cuestiones ideológicas lo que ha hecho que cierren sus oídos y mentes a otros libres pensadores sea que hayan adquirido su conocimiento de una misma fuente o no.

La búsqueda del conocimiento siempre será una iniciativa que muy pocas personas tomen, por lo que es indispensable que quienes la hemos tomado de una manera sincera y desinteresada, luchemos por no convertirnos en enemigos de nosotros mismos, escuchando con mente abierta lo que los demás tengan que decir.


SOBRE LA JUSTIFICACIÓN DEL SISTEMA

En “Mi Tonto Parecer” debemos estar atentos a otros pareceres y no tener reparos en divulgar dichos pareceres si los mismos sirven para despabilar la mente de quienes están llamados a ser actores primordiales del cambio; por tal motivo esta vez, la cual no será la única, “Mi Tonto Parecer” pone a consideración de todos un articulo escrito por Yaiza Martínez escritora, periodista, y redactora-jefe de Tendencias21 y que aparece en la pagina web 

Si quieres triunfar en la vida, no hagas lo que hacen estas pobres personas.

Si quieres triunfar en la vida, no hagas lo que hacen estas pobres personas : Según una teoría de la psicología cognitiva conocida como “justificación del sistema”, los seres humanos tienden a defender los sistemas en los que están inmersos, aunque éstos sean corruptos o injustos.
Una investigación realizada por psicólogos estadounidenses ha revelado que esta actitud se da principalmente bajo cuatro condiciones: cuando el sistema está amenazado, cuando se depende del sistema, cuando resulta imposible escapar al sistema o cuando los individuos pueden ejercer un escaso control personal. Los resultados de este estudio explicarían porqué las poblaciones, a menudo, no se alzan contra situaciones que dañan sus propios intereses.
¿Por qué los seres humanos tienden a mantenerse fieles a los sistemas o instituciones en los que están inmersos -ya sean estos un gobierno, una empresa o un matrimonio- aunque no se sientan satisfechos con ellos? ¿Por qué las personas se resisten a cambiar los sistemas, aunque éstos sean corruptos e injustos?
Un artículo reciente, aparecido en la publicación Current Directions in Psychological Science, editada por la Association for Psychological Science (aps)de Estados Unidos, arroja luz sobre las condiciones que determinan la tendencia de los individuos a defender su status quo, aunque éste no les merezca la pena.
Esta tendencia humana a proteger los sistemas ha sido descrita en el marco de la llamada “Teoría de justificación del sistema” (SJT) de la psicología social. La SJT propone que la gente tiende a afanarse por defender y sostener su situación, esto es, por verla como buena, legítima y deseable, aunque no lo sea.
De esta forma, los seres humanos no sólo mantienen actitudes favorables hacia sí mismos (justificación del ego) y hacia su propio grupo social (justificación del grupo), sino que también lo hacen hacia órdenes sociales mayores (justificación del sistema).

La necesidad de creer
Uno de los autores del artículo, el psicólogo de la Fuqua School of Business de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, Aaron C. Kay, añade en un comunicado de la aps que la justificación del sistema es un “proceso pro-activo: cuando alguien justifica su status quo, llega a verlo como éste debiera ser”.
Kay y su colaborador, el estudiante de graduado de la Universidad de Waterloo, en Canadá, Justin Friesen, revisaron estudios nacionales y de laboratorio para tratar de comprender las situaciones que fomentan la justificación del sistema.
Aunque la gente “no justifica sus sistemas sociales siempre, sí que hay una mayor propensión a hacerlo en ciertas circunstancias”, escriben los investigadores. Estas circunstancias son: la amenaza del sistema, la dependencia del sistema, la imposibilidad de escapar al sistema, y un escaso control personal.
En primer lugar, los científicos constataron que, efectivamente, cuando los seres humanos se sienten amenazados, se defienden a sí mismos, y también a sus sistemas.
En este sentido, Kay y Friesen ponen un ejemplo muy claro: antes de los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, las valoraciones de las encuestas populares sobre el entonces presidente de Estados Unidos,George W. Bush, estaban por los suelos.
Pero cuando los aviones se estrellaron contra el World Trade Center, enseguida aumentaron las valoraciones sobre el presidente. Según los investigadores, esto se debe a que, en tiempos de crisis, la gente quiere creer que el sistema funciona.
Dependencia e imposibilidad de escapar
En segundo lugar, las personas también tienden a defender los sistemas si dependen de ellos. Esto quedó demostrado en uno de los experimentos revisados por Kay y Friesen, en el que se hizo que una serie de estudiantes se sintieran dependientes de su universidad.
Una vez alcanzada esta situación, los estudiantes defendieron las políticas de financiación de sus universidades, a pesar de que desaprobaron las mismas políticas cuando éstas provenían del gobierno, situación que no les afectaba directamente.
En tercer lugar, si sentimos que no podemos escapar de un sistema, nos adaptamos, aseguran los investigadores. Para hacerlo, desarrollamos sentimientos de aprobación hacia situaciones que, de otra manera, consideraríamos indeseables.
Para ilustrar este punto, los autores hacen referencia a un estudio en el que se dijo a una serie de participantes que los salarios de los hombres en su país eran un 20% superiores a los de las mujeres.
En lugar de reconocer esta situación como injusta, aquellos participantes que sentían que no podían emigrar del país o cambiar de situación señalaron que la diferencia salarial tenía su origen en diferencias innatas entre los sexos, no en una deficiencia del sistema.
Control personal y sumisión
Por último, en cuanto al control personal, los investigadores afirman que cuanto menos control tenga un individuo sobre su propia vida, más apoyará a su sistema y a sus líderes, porque éstos le aportarán un sentido de orden.
La investigación sobre la justificación del sistema podría explicar porqué las poblaciones a menudo no se alzan contra situaciones que dañan sus propios intereses.
En este sentido, Kay señala que “si se pretende comprender cómo conseguir que se produzcan cambios sociales, se deben entender las condiciones que hacen que la gente se resista a esos cambios, y los factores que podrían hacer que la gente admitiese que dichos cambios son necesarios”. Sin dejar de tener en cuenta que, cuando la gente tiene que soportar un sistema y cuanto peor se encuentra dentro de éste, más propensa es a justificar hábilmente sus deficiencias, en lugar de rebelarse.
Recientemente, hemos hablado en Tendencias21 de los resultados de otra investigación de Aaron C. Kay, en la que se constató que las personas menos informadas sobre temas sociales clave, como el cambio climático o la crisis económica, se sienten felices con esta actitud. Según el estudio, estas mismas personas serían además las más propicias a confiar en que los gobiernos pueden solucionar este tipo de problemas.

jueves, 18 de julio de 2013

EL RATING

Los números marcan nuestras vidas. Esta expresión que pudiera parecer la pirrica respuesta de un profesor de matemáticas ante el cuestionamiento de sus alumnos de por qué deben estudiar dicha materia, es en “Mi Tonto Parecer” una frase que en la actualidad describe excelentemente bien la realidad de los seres humanos de cualquier condición, situación o ubicación en el mundo. Pero como cualquier cosa que afecta nuestra cotidianidad, los números pueden ejercer un efecto positivo o negativo según el caso. Pongo un ejemplo de uno y otro. Positivo, el número que representa nuestro sueldo pagado en quincena (otro número). Negativo, el número de días de retraso en la menstruación (con respecto a números no hay nada más estresante que eso).

Podrían darse muchos más ejemplos que muy bien podríamos definir como positivos o negativos pero plantiémonos la discusión sobre un número del cual es difícil en “Mi Tonto Parecer” determinar si beneficia o no su presencia en nuestras vidas. Este número lo conocemos como “rating”, aunque últimamente castellanizado lo denominan Cuota de Pantalla. Según Wikipedia la cuota de pantalla es: “una cifra que indica el porcentaje de hogares o espectadores que están viendo un programa de televisión y el total que durante la emisión del mismo, tienen encendido su televisor”.

Si hubiera un poco de lógica diríamos que un programa es visto por un gran número de hogares (alta cuota de pantalla, alto rating) porque dicho programa es de calidad; pero no necesariamente el enunciado se cumple y aunque esta es una situación de doble vía, la fuerza de los números del “rating” de un programa son aprovechados por los canales de televisión quienes se escudan en esos números para no mejorar su programación y no es que debamos olvidar que la intención primigenia de la televisión fue el entretenimiento si no que deberíamos desaprovechar el enorme impacto que “la caja boba” de llegar a gran cantidad de personas, para promocionar nuestro entretenimiento.

La próxima vez que veamos un programa, dejemos que el cuerpo sea el que se relaje y no nuestra mente; entendamos que literalmente somos nosotros quienes tenemos el control y que no solamente debemos ser meros receptores de lo que los canales de televisión creen que debemos recibir, si no que podemos exigir que ver.


viernes, 12 de julio de 2013

LA VERDAD

En los últimos cinco años el gobierno de Rafael Correa ha puesto en el tapete de la discusión muchos temas; unos sencillos otros complejos; un gran numero de esos temas han sido mas bien impuestos por una mayoría que muchos dicen no los ha socializado lo suficiente.
Pero mas allá de topar algun tema en especial, me gustaría exponer la forma en que las partes has presentado o han tratado de presentar dichos temas.
 Es una constante tanto en el regimen como en la oposición plantear sus propuestas como que si fueran la ultima palabra.  No es raro escuchar al Presidente recalcar que ellos dicen la verdad y que son los opositores los que mienten o a los opositores decir que ellos tienen prueba de su verdad. Pero a mi criterio no tienen idea.
"El término no tiene una única definición en la que estén de acuerdo la mayoría de los estudiosos y las teorías sobre la verdad continúan siendo ampliamente debatidas." Lo único claro es que la verdad no la posee nadie solo podemos percibir una parte de ella. Yo la puedo asemejar a un cubo y muchas veces es tan compleja que toca utilizar diedros mas complejos para representar



Pero que hacer frente a quienes nos dicen que tienen la verdad. Ya no debemos creer en nadie? Pensar que nuestra verdad no sirve? Pues no creo que haya que llegar a los extremos, mas bien le invito a realizar tres sencillos pasos:
1.- Cuando alguien le diga que tiene la verdad, o usted se sienta poseedor de la verdad, recuerde la figura del cubo y recuerde que la verdad es una sola pero tiene mas de una cara y que como la veamos depende de nuestra perspectiva y que personas desde otra perspectiva miran esa misma verdad.
2.- Para analizar la verdad una buena herramienta es la Estadística, le pongo un ejemplo cada inicio de clases en la región costa El gobierno anuncia que las escuelas y colegios ya están listos para comenzar a trabajar pero por otro lado la prensa nos muestra ciertas escuelas o colegios en donde existen problemas de infraestructura; Quien dice la verdad? Quien miente? Para evitar esa pugna no seria mejor decir el 95% de los colegios listos para funcionar por decir un ejemplo.
3.- Busquemos mas de una fuente informativa sobre una "verdad", ninguna de las dos fuentes nos daran una información completa sobre la verdad que nos interesa pero nos permitirá tener una mayor numero de datos para poder construir nuestra verdad.
Es increíble como en la actualidad, los medios informativos según su bando (gobierno u oposición) emiten un tipo de información diferente de una verdad.
Este es mi verdad! Cual es la suya?

viernes, 5 de julio de 2013

ASÍ NO EGIPTO, ASÍ NO

Un golpe de estado es un evento que puede darse en cualquier democracia del mundo pues es el reflejo de la insatisfacción de un sector de los ciudadanos ante el “status quo” que mantiene o impone un régimen. Un golpe de estado no se daría si no fuera por la tozudez de los gobernantes a siquiera considerar en algo los reclamos de aquellos que se sienten perjudicados o de aquellos que se sienten traicionados en sus aspiraciones; así mismo un golpe de estado debería ser un recurso democrático de los pueblos pero ha sido pervertido y prostituido por quienes ven en los reclamos justos de un pueblo o parte de el, la oportunidad para saciar sus protervos intereses.

Hace dos años y unos cuantos meses, un pueblo cansado de 30 años de una forma de gobierno en Egipto, salió a las plazas de las diferentes ciudades a exigir la salida de Hosni Mubarak; exponiendo sus vidas cientos de miles de egipcios hicieron escuchar su voz y después de 18 días lograron sacar del poder a Mubarak, consumaron un golpe de estado; se enfrentaron a la fuerza pública que pretendió callar su voz pero ellos armados de las ganas de cambio supieron imponerse.

Hoy en Egipto se da un nuevo golpe de estado, pero ahora efectuado por los militares, y por qué en “Mi Tonto Parecer” se critica esto, pues por la sencilla razón de que no es una voluntad popular; si se hila fino se puede notar la intervención externa, el animo de revancha, la falta de una verdadera preocupación por los intereses de la gente.


Tiempo atrás puse como ejemplo al golpe de estado en Egipto, porque lo propicio el pueblo, pero esta vez no, así no Egipto así no.